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“La frontera invisible” retrata la vida en el extremo más remoto de México

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Redacción


Un paraíso volcánico perdido en el Pacífico, sin población civil, habitado solo por marinos: así es la isla Socorro, a 700 kilómetros del estado de Colima. Este es el escenario de La frontera invisible, ópera prima de la cineasta Mariana Flores Villalba, que llega a salas de cine en México a partir del 24 de julio.


El documental acompaña a un grupo de marinos destacados en esta isla como parte de sus funciones en la Armada de México, retratando su vida cotidiana, sus rutinas, pensamientos y emociones. Una convivencia forzada por la geografía, la disciplina y la soledad. Pero también por la confianza que se construyó tras cuatro expediciones realizadas a lo largo de un año por el equipo de filmación, luego de más de tres años de gestiones institucionales.

“La idea de esta película nació en 2008, cuando conocí la isla. Años después, en un México atravesado por la violencia y el protagonismo de las fuerzas armadas, sentí la urgencia de regresar. Este documental nace de esa necesidad de mirar de nuevo, y de tratar de entender a quienes viven ahí”, explica Flores Villalba.

La película revela el contraste entre la belleza exuberante del entorno y la dureza silenciosa de la vida militar. La fotografía, a cargo de Claudia Becerril, captura con precisión tanto el entorno natural —las montañas, el océano, la niebla— como los rostros de los hombres que lo habitan. Testimonios que, lejos de ser épicos, dibujan una cotidianidad íntima y muchas veces vulnerable.

“Cada viaje duró alrededor de seis semanas. Ese tiempo permitió que nos conociéramos y que se generara una relación de confianza. Las historias que recoge la película son fruto de esa convivencia, y de la apertura de quienes decidieron participar”, cuenta el productor Carlos Hernández.

La frontera invisible es un documental profundamente observacional que se aleja de los discursos oficiales para centrarse en las personas: los que viven lejos de todo, en el límite físico y simbólico del país. Es también un ejercicio de escucha y mirada sostenida, en un tiempo donde ambas cosas parecen escasear.


La ópera prima de Mariana Flores Villalba llega a cines este 24 de julio


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