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Michael B. Jordan,

El actor estadounidense enfrenta su mayor reto actoral 

con dos papeles en Pecadores, de Ryan Coogler




Por Armando Armenta


En el corazón del Misisipi rural de los años 30, entre campos de algodón, prejuicios raciales, y un blues que parece salir del alma misma de la tierra, nace Pecadores, el nuevo proyecto cinematográfico de Ryan Coogler, conocido por su potente narrativa visual en filmes como Creed y Black Panther. Pero esta vez, el director se aventura por caminos más oscuros y simbólicos, en una historia que conjuga drama familiar, terror psicológico y una cruda crítica social.

Y al frente de esta apuesta ambiciosa está Michael B. Jordan, quien asume el reto de interpretar no a uno, sino a dos personajes principales: los gemelos Smoke y Stack. Esta dualidad es más que un truco narrativo; es un ejercicio de desdoblamiento emocional y actoral que pone a prueba cada fibra del intérprete.

“Nunca había hecho algo así. Fue la primera vez que me lancé a una experiencia de este tipo. Ryan y yo tenemos una relación muy especial, y él pensó que sería un gran reto para mí… pero también una gran recompensa al final del día”, reveló Jordan durante la presentación de la cinta en Ciudad de México. Smoke, el mayor por minutos, es pragmático, introspectivo, casi silencioso. Lleva a cuestas el peso de una tragedia familiar que nunca se resolvió del todo. Stack, por el contrario, es impulsivo, soñador, con una energía que desborda. A través de ellos, Pecadores explora no sólo la idea de la dualidad humana, sino también los hilos invisibles que conectan a las personas marcadas por el mismo origen, pero separadas por elecciones, heridas y destinos.Para lograrlo, Michael B. Jordan se sometió a un proceso de transformación física y emocional. Trabajó con coaches de movimiento, ajustó el tono de voz para cada hermano y, más importante aún, convivió con gemelos reales para entender sus códigos y complicidades.

“Ryan me presentó a unos amigos que son gemelos. Pude observar cómo se comunican, cómo se entienden con solo mirarse. Les hice muchas preguntas sobre cómo se sienten, qué significa tener a alguien idéntico y, a la vez, diferente. Todo eso me ayudó a construir a Smoke y a Stack desde el lugar más auténtico posible.”

El resultado es un duelo actoral íntimo y brutal. Hay escenas en las que Jordan comparte plano consigo mismo, y el espectador olvida que está viendo a una sola persona. El mérito no es solo técnico, sino profundamente interpretativo.

Pero Pecadores va mucho más allá de su protagonista. La película es también una carta de amor al blues, ese género musical nacido del dolor, la resistencia y la identidad afroamericana.

“Ryan siempre ha sido un apasionado del blues. Su conexión con este género es profunda, porque para él representa recuerdos, emociones, un sentido identitario. Todo eso influye directamente en cómo se construyó la película, tanto visual como emocionalmente”, explicó Jordan.

El elenco, cuidadosamente seleccionado, añade capas de complejidad y sensibilidad. Hailee Steinfeld, en el papel de Mary, expareja de uno de los gemelos, ofrece una de las actuaciones más maduras de su carrera.

“Este personaje llegó a mí en un momento muy particular. Quería un rol que me retara, que me sacara de mi zona de confort. Mary es una mujer rota, pero también increíblemente fuerte. Interpretarla me obligó a enfrentar partes de mí que siempre he protegido. Su nivel de vulnerabilidad y su forma de amar sin reservas fueron difíciles de comprender… y aún más difíciles de interpretar”, compartió la actriz.

El personaje de Mary no solo actúa como catalizador de varias decisiones clave en la trama, sino que también representa las heridas abiertas de un país dividido, de una época marcada por la violencia racial, el machismo estructural y las relaciones humanas condicionadas por el miedo.

Michael B. Jordan reafirma por qué es uno de los actores más versátiles de su generación. Su trabajo en Pecadores no solo exige técnica y entrega: exige alma.

“Estas son las historias que, como actor, uno sueña con contar. Y si además puedes hacerlo de la mano de un director como Ryan, con quien compartes visión y confianza, entonces el viaje es aún más profundo. Me desarmé para crear a Smoke y a Stack, y eso me transformó”, finalizó.

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