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El Taller del Chucho: crea sueños en stop motion


Por Carlos Aguillón Fotos Carlos Mora


A cuatro años de  su inauguración oficial en 2021, El Taller del Chucho no solo ha crecido, ha florecido. Lo que comenzó como un susurro entre pasillos universitarios en 2015, es hoy el estudio de animación más grande de Latinoamérica, un punto de encuentro para artistas, creadores y nuevas generaciones apasionadas por el stop motion.


“Yo escuché hablar del taller desde que iba a la universidad”, recuerda Aranza Engle, coordinadora de El taller del Chucho, en entrevista exclusiva. “Me tocó entrar en 2020, cuando todo estaba en obra negra… desde ahí, he visto cómo se ha transformado en un lugar vivo, vibrante, lleno de creatividad y talento”.


La evolución ha sido constante. De la mano de colaboraciones clave como la de ShadowMachine, estudio detrás de BoJack Horseman y Pinocchio de Guillermo del Toro, El Taller del Chucho fue diseñado desde su génesis para atender de forma precisa las necesidades del stop motion: “Ningún otro espacio se ha construido desde cero pensando exclusivamente en esto. Eso lo hace único”.


Producción en movimiento

El crecimiento no ha sido solo en infraestructura, también en contenidos. Actualmente, el taller se encuentra trabajando en tres producciones activas, entre ellas Sira and the Secret of the Park, un largometraje en 2D coproducido con España y Ciudad de México, codirigido por el cineasta español Adrià García, y la directora, guionista y actriz mexicana Ángeles Cruz, ganadora del Ariel por Nudo Mixteco. A la par, preparan una serie de animación, fruto de una colaboración México-Francia con una reconocida compañía de videojuegos. Además de un nuevo largometraje en stop motion que está en fase de negociación.


“Estamos emocionados con los proyectos que vienen. Ya hay muchas historias en preproducción, otras listas para estrenarse y algunas incluso ya viajando por festivales internacionales”, revela Aranza.


Uno de los hitos recientes es el estreno de un cortometraje estudiantil que ha sido seleccionado por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. “Este es nuestro primer proyecto estudiantil en festivales y representa justo lo que queríamos lograr con este espacio: que las nuevas voces encuentren aquí su hogar”.


por nuevas generaciones

Además de ser un motor de producción, El Taller del Chucho se ha consolidado como un semillero de talento. Cada año lanza residencias, talleres y cursos especializados en animación, abiertos a artistas emergentes de todo el país. “Todo lo anunciamos en nuestras redes. Escuchamos las propuestas del público y a partir de ahí diseñamos los programas. Este verano tendremos cursos de animación, y a finales de año también”, explica la ejecutiva.


Una de sus iniciativas más valiosas es la residencia en colaboración con Casa del Autor Zapopan: “Hacemos un llamado a artistas con proyectos propios, los capacitamos y luego elegimos un proyecto para desarrollarlo en el taller. Así damos impulso real a nuevas historias”.


Como parte de su participación en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, El Taller del Chucho presentó una exposición especial con el trabajo realizado en sus primeros cuatro años de vida. “La construimos con mucho cariño. Es una muestra del talento de nuestros artistas, nuestros estudiantes y de todo lo que se ha hecho en este tiempo en Guadalajara”.


La presencia del taller ya ha traspasado fronteras. Además del FICG, han estado presentes en festivales como el de Los Ángeles, el Festival Internacional de Cine de Morelia, el GIFF y eventos en Francia. “Vamos por todos lados esparciendo la voz”, dice Aranza con una sonrisa.


Con cada nuevo proyecto, El Taller del Chucho confirma ser un espacio para la creación, donde los artistas experimentados puedan compartir su conocimiento, y donde las nuevas generaciones encuentren las herramientas para contar sus propias historias. “Este taller nació para crear comunidad, para formar, para producir. Y hoy, lo estamos viendo florecer”, concluyó.

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